viernes, 16 de junio de 2017

Reseña "Contigo en el mundo" - Sara Ballarín


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«Sara Ballarín dibuja en estas páginas el mapa de un viaje increíble hacia todo lo que el amor puede descubrirnos de nosotros mismos.»
Elísabet Benavent
Vega está cansada del color gris que inunda su día a día. Inmersa en una relación que no funciona desde hace tiempo, en una ciudad que ha dejado de gustarle, siente que está desperdiciando su vida.
Por eso, decide romper con todo aquello que la ata y que no la ilusiona y se dispone a empezar de cero en un pueblo de costa como profesora de violín. Tendrá que ubicarse en este nuevo espacio, apartada de su zona de confort y lejos de Elsa, su mejor amiga que, contra todo pronóstico, decidirá acompañarla en esta nueva aventura que la llevará hasta una librería, la de los hermanos Morel, y a encontrarse con Mario, una combinación perfecta de libros y mar.
Después del éxito de ventas y críticas de El cuaderno de Paula, Sara Ballarín regresa al panorama de la narrativa con una novela ágil y divertida, diferente, que habla de amor, de dos personas con proyectos diversos que luchan por descubrir el mundo de la mano.


Mi amiga Rosa me regaló un libro de Elisabet Benavent (@Betacoqueta) para mi cumpleaños y ahí empezamos como unas locas y dos meses después nos los habíamos fundido todos.
Por eso, en nuestra sequía elisanbentina necesitábamos algo para distraernos, así que cuando vimos que la autora recomendaba este libro en sus redes nos lo descargamos corriendo y lo empezamos con un ansia loca.
Y el libro en sí, no esta mal, pero ha ratos parece demasiado un intento de copia al estilo de Elisabet, todo el libro está lleno de frases y diálogos que propios de los sus libros, pero en este caso parecían un poco forzados, se notaba mucho que intentaba imitarla, pero no le salía de forma natural...
De hecho, el propio libro está dedicado a Elisabet Benavent. Y a mi quizá también influyeron las ganas con las que lo cogí, es verdad que me esperaba un libro del estilo, pero no tan copia, y no diré <<copia barata>> porque realmente el libro no estaba mal. Pero no me satisfizo como esperaba, ni se parece a lo que pretendía ni consigue un estilo propio.
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Además tuvo "fallos" que me pusieron muy nerviosa, la autora no paraba, NO. PARABA. de repetir expresiones como:

Frases de este estilo se repiten en la novela muchísimo, demasiado, las primeras hicieron gracia, pero acabó por ponerme nerviosa.

Pero buaaano, si nunca has leído un libro de Benavent y no te das cuenta cada 5 minutos, sobretodo al principio de la novela, del estilo que intenta imponer, este libro no está mal. La verdad es que no está de ninguna manera, por que aunque lo seguí sin ganas al final me conquistó.

La historia empieza cuando Vega de treinta años deja a su novio con el que lleva 3 porque simplemente ya no se quieren y no se llenan. Esto me encantó, no es lo típico, el novio no la engaña con su mejor amiga ni con la compañera de piso ni bla bla bla, no, ella rompe con él porque quieren cosas diferentes y ya no se necesitan, y es que la vida es así, conozco a gente que no es capaz de estar sola y que por edad y comodidad siguen juntos.
Será porque soy una persona a la que le disfruta estando sola.
Pero me gustó mucho que que la protagonista no tuviera miedo. Lo malo es que luego se volvía a convertir en una mala copia de otros libros.

Prosigo que me voy por las ramas. Una vez que deja a Samuel, le surge una oportunidad de trabajo como profesora de música y violín en un pueblo cercano, así que con esas mismas coge y se muda. Ole
El nuevo pueblo tiene playa, y que haríamos todos si viviéramos cerca de la playa? Clarísimo, salir a dar paseos todo el día. Así conoce a Mario, que vive en un velero preciso y además tiene un librería famosa ¿El hombre perfecto no chicas? jajaja
Mientras, su mejor amiga acaba de salir de una relación toxica y la necesita, así que se muda al piso de arriba. Aun así están muy solas en el pueblo, menos mal que Elsa tiene mucho desparpajo y ganas de salir del agujero en el que la había dejado su última relación y quedan para cenar con Mario, su hermano Jon y unos amigos.

Así empieza la historia entre Vega y Mario, ya que su química es innegable. BUT hay un problema, y es que Mario lleva planeando desde hace años un viaje de 6 meses con su velero por el Mediterráneo que por circunstancias relacionadas con Jon siempre iba posponiendo.

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¿Podrá sobrevivir su relación?¿Se querrán lo suficiente?

Y sobretodo cuando vuelva Mario ¿Seguirá siendo igual? Seis meses en soledad pueden cambiar a las personas y hace  que se den cuenta de cosas que no necesitan.


Anteriormente he señalado las partes malas que creo que tiene este libro, bien pues ahora señalaré las buenas. Que han sido MUY buenas.

  • Los protagonistas. Por que son adultos y se comportan como tal, no persiguen las situaciones subrealistas que suelen aparecer en ciertos libros románticos. Este punto para mí ha sido uno muy a favor, porque realmente eran protagonistas maduros y sin ganas de líos y malentendidos, desde el principio se dicen las cosas como son y punto.


  • La relación entre ellos . Porque en los libros que normalmete leo, los protagonistas primero se evitan o se odian y acaban admitiendo su amor. Pero aquí, como buenos adultos HABLAN y se lo dicen desde el primer momento. Pero OJO, no se quieren desde el segundo uno, se atraen y deciden ver que pasa, sin presiones. Y lo mejor, mejor del libro es ver como se van enamorando, las situaciones y conversaciones que desembocan en el profundo amor que acaba uniéndolos. Fue simplemente maravilloso.

  • Vega. Por fin una protagonista que no se acaba rayando la cabeza con un hombre por tal o por cual, por que en la realidad nadie se muere de amor, no, cada uno tiene su vida y se comparte como se quiere. Así que pido un aplauso para ella, por ser independiente, clara y capaz de amar tan profundamente.

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  • Mario, camaradas, e aquí mi versión masculina. Al igual que Vega es independiente e inteligente y no se raya la cabeza con tonterías. Bravo.


  • Que Vega apoye a Mario en su viaje. El viaje de Mario es algo con lo que lleva soñando toda su vida, vale, ahora las circunstancias son diferentes porque sí que hay algo que lo "ata", pero Vega ve desde el principio que ese viaje de Mario solo, es su sueño, y que con el tiempo él acabaría sintiéndose frustrado e incompleto si no lo realiza. Esto señoras y señores es una relación adulta, hay inseguridades, sí, claro que las hay, pero sin caer en la ñoñería y la infantilidad. Dos personas que se quieren y se apoyan.


  • Jon. Parad de leer si no habéis leído el libro, porque os vais a comer un SPOILER a la de YA. Me ha gustado que Jon pidiera ayuda con su enfermedad y lo más importante, aceptara la que le ofrecían, tanto Vega como Elsa, y es que es así cómo se superan esos traumas, pidiendo ayuda, y basta ya de tonterías.
  • Me he indentificado con ellos.

También e gustó y entendí el sentimiento de Mario cuando vuelve a "reincorporarse a la sociedad". Porque de verdad que lo entiendo y tiene sentido.


En general, aunque me moleste que una autora con unos buenos protagonistas intente imitar a otra, al menos que podido ver cierta profundidad. Y es que para mí en los libros de Eli a demás de una historia romántica, he podido ver la profundidad y los pensamientos reales y con sentido de los personajes, y si algo le ha salido bien a Sara en este libro ha sido eso, que se podía apreciar esa profundidad y esa "vida interior" en cada uno de sus protagonistas.

Muy buenos personajes pero la historia...Meh. Raro, porque suele ser al revés

Me he sentido muy identificada con ellos, creo que es el libro con el que más identificada me he sentido, y eso es importante, un pena que la historia no sea super original y tal, a pesar de todas las cosas buenas que acabo de decir, le ha faltado no sé...chispa. En fin, merece la pena solo por conocerlos, y eso que empecé aburriéndome mucho con este libro, y mira, ahora lo considero un buen libro, sobretodo para ahora que se acerca el verano.


martes, 13 de junio de 2017

Saga Wiked/Cazadora de hadas PDF en ESPAÑOL





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  • Nº de páginas: 384 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial: TITANIA
  • Lengua: CASTELLANO

Las cosas están a punto de ponerse muy complicadas en Nueva Orleans.

Ivy Morgan no es una universitaria cualquiera, ni su vida es tan tranquila como podría ser la de una chica de su edad… Ella pertenece a la Orden, una organización secreta encargada de combatir hadas y otras criaturas diabólicas que se mueven por el Barrio Francés de Nueva Orleans.

Cuatro años atrás, esas criaturas le arrebataron a las personas que amaba... Y desde entonces no puede permitirse querer a nadie. En un trabajo como el suyo los vínculos emocionales están prohibidos.

Entonces aparece Ren Owens, con sus ojos verdes y su metro noventa de tentación, a desestabilizar las barreras que ella misma se había impuesto... Y es que Ren es la última persona que Ivy necesita en su vida. Bajar la guardia con él es tan peligroso como ir a la caza de las hadas infernales que asolan las calles.

Ivy necesita algo más que las exigencias de su deber, pero ¿valdrá la pena abrir su corazón? ¿O quizás el hombre, que reclama su alma y su corazón, podría causarle más daño incluso que los seres antiguos que amenazan la ciudad?


  • Nº de páginas: 352 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial: TITANIA
  • Lengua: CASTELLANO

Segundo y esperadísimo libro de la serie Cazadora de hadas. • Una saga de corte paranormal, New Adult y con mucha magia que ya ha conquistado el corazón de miles de lectores en todo el mundo.• Una segunda parte que supera incluso la primera y te deja con ganas de correr a por la tercera. Una saga adictiva y muy sexy de la autora número 1 internacional del New Adult. Dividida entre el deber y la supervivencia, ya nada puede ser igual.Todo lo que creía saber Ivy Morgan se ha venido abajo. Tras ser traicionada y estar a punto de morir a manos del Príncipe de los Faes, ha de guardar a toda costa un secreto perturbador. Porque, si la Orden lo descubre, la matará. Y luego está Ren Owens, el miembro de la Élite de la Orden, tatuado e irresistible, que ha conquistado la cama y el corazón de Ivy. Entre ellos hay una química abrasadora, pero Ivy sabe que Ren valora por encima de todo su deber hacia la Orden. Jamás la tocaría si conociera la verdad. Tal vez incluso la mataría. Pero, ¿puede Ivy seguir mintiéndole?Cuando el Príncipe de los Faes comienza a estrechar el cerco sobre ellos, decidido a abrir de manera permanente los portales hacia el Otro Mundo, Ivy se queda sin alternativas. Si no descubre de inmediato en quién puede confiar, no será solamente su corazón el que acabe destrozado, sino toda la civilización hum...

jueves, 8 de junio de 2017

Capítulo 3 ACOWAR en español!




Por fin he podido sentarme tranquilamente a leer! Sé que he sido muy pesada, pero es que estoy de exámenes y no me da la vida.
Os dejo aquí traducido el último fragmento que he podido conseguir. Como siempre, ya sabéis que tenéis que perdonarme porque obviamente el inglés no es mi punto fuerte, así que siento los fallos que seguro que habrá en la traducción
Qu elo disfrutéis mucho y que el universo os de paciencia para aguantar hasta que lo traduzcan entero, porque la cosa no para de ponerse más y MÁS interesante.

Os dejo un enlace a otros fragmentos del libro en inglés AQUÍ
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CAPÍTULO 3

Los bosques primaverales se quedaron en silencio mientras cabalgábamos entre los árboles en ciernes, los pájaros y las bestias peludas se habían puesto a cubierto mucho antes de que pasáramos.

No por mí, o por Lucien, o por los tres centinelas que cabalgaban detrás nuestro, a una distancia respetuosa. No, ellos se escondían de Jurian y de los dos comandantes de Hybern que cabalgaban en el centro de nuestra partida. Como si fueran tan horribles como el Bogge, como el naga.

Llegamos a El muro sin incidentes o Jurian tratando de tratando de poner un cebo y distraernos. Había estado despierta la mayor parte de la noche, lanzando mi conciencia a través de la mansión, buscando cualquier señal de que Dagdan y Brannagh estaban trabajando su influencia daemati en otra persona. Afortunadamente, la habilidad de romper la maldición que había heredado de Helion, Gran Señor de la Corte Día, no había detectado enredos ni hechizos, excepto para los barrios alrededor de la casa misma, evitando que alguien entrara o saliera.

Tamlin había estado tenso en el desayuno, pero no me había pedido que me quedara. Incluso había ido tan lejos como a probarlo preguntando qué estaba mal, a lo que él sólo había respondido que tenía un dolor de cabeza. Lucien le había dado una palmadita en el hombro y prometió cuidar de mi. 
Casi me había reído por sus palabras.

Pero la risa ya estaba lejos de mis labios mientras El muro palpitaba y palpitaba, una presencia pesada y espantosa que se alzaba desde media milla de distancia.

De cerca, sin embargo ... Incluso nuestros caballos estaban asustados, lanzando sus cabezas y pisoteando sus cascos en la tierra musgosa cuando los atamos a las ramas bajas de los cerezos florecientes.

―La brecha en el muro está aquí. Dijo Lucien, sonando tan emocionado como yo por estar en tal compañía.
Dagdan y Brannagh se deslizaron a paso a paso junto a él, mientras Jurian se deslizaba para examinar el terreno, los centinelas que quedaban con nuestras monturas.

Seguí a Lucien y a la familia real, manteniendo una distancia por detrás. Sabía que mis ropas finas y elegantes no estaban engañando al príncipe ya la princesa a olvidar que una compañera daemati caminaba ahora a sus espaldas. Había seleccionado cuidadosamente la chaqueta bordada de zafiro y los pantalones marrones, adornados sólo con el cuchillo y el cinturón de joyas que Lucien me había regalado una vez. Hacía mucho tiempo.

ㅡ¿Quién partió la pared aquí? -preguntó Brannagh, examinando el agujero que no podíamos ver -no, la pared en sí era completamente invisible-, sino más bien sentido, como si el aire hubiera sido aspirado desde un punto.

―No lo sabemos. -preguntó Lucien, mientras la luz del sol moteada brillaba a lo largo del hilo de oro que adornaba su chaqueta de color marrón, mientras cruzaba los brazos. ㅡAlgunos de los agujeros sólo aparecieron a lo largo de los siglos. Este es apenas suficiente ancha como para que una persona consiga pasar a través. 

Los gemelos intercambiaron una mirada. Me acerqué por detrás de ellos, estudiando la brecha, la pared alrededor de ella que hizo que cada instinto retrocediera ante su ... incorrección.ㅡPor aquí es por donde vine ... la primera vez.

Lucien asintió y los otros dos levantaron las cejas. Pero di un paso más cerca de Lucien, mi brazo casi rozando el suyo, dejándolo ser una barrera entre nosotros. Habían sido más cuidadosos en el desayuno esta mañana para presionar contra mis escudos mentales. Sin embargo, ahora, fingiendo que estaba físicamente intimidado por ellos ... Brannagh estudió lo cerca que estaba de mí Lucien; Cómo se movió un poco para protegerme, también.

Una pequeña y fría sonrisa curvó los labios de la princesa. ㅡ¿Cuántos agujeros hay en la pared?

ㅡHemos contado tres a lo largo de toda nuestra frontera. Dijo Lucien firmemente. ―Además de uno frente a la costa, a una milla de distancia.

No dejé que mi fría máscara vacilara mientras ofrecía la información.

Pero Brannagh sacudió la cabeza, el cabello oscuro devorando la luz del sol.ㅡLas entradas al mar son de ninguna utilidad. Necesitamos romperlo en la tierra.

―Seguramente en el continente habrá agujeros también.

― Sus reinas tienen un alcance aún más débil en su gente de lo que hacemos ―, dijo Dagdan

Guardé esa joya de información, la estudié.

ㅡEntonces os dejaremos que lo exploréis. Dije, moviéndome hacia el agujero. ㅡCuando hayáis terminado iremos hasta el siguiente.

―Hay dos  días de viaje desde aquí. Respondió Lucien.

―Entonces planificaremos un viaje para esa excursión -dije simplemente. Antes de que Lucien pudiera objetar algo, le pregunté: ―¿Y el tercer agujero?

Lucien tocó un pie contra el suelo cubierto de musgo, pero dijo: ―Dos días más después de eso.

Me volví a la familia real arqueando una ceja. ―¿Podéis llevarnos?

Brannagh se sonrojó, enderezándose. Pero fue Dagdan quien admitió: ㅡNo puedo.
Debió haber llevado a Brannagh y Jurian cuando llegaron. Y agregó: ㅡSolo pocos kilómetros si llevo a otros.

Simplemente asentí y me dirigí a un enredo de cerezos encorvados, Lucien siguiéndolo muy de cerca. Cuando no había nada más que flores rojas y rutilante luz del sol a través de las ramas, cuando la realeza se estaba ocupando de la pared, fuera de la vista y el sonido, me subí a una roca lisa y calva.
Lucien se sentó contra un árbol cercano, doblando un tobillo sobre otro.ㅡSea lo que sea que estés planeando, nos dejará hasta la rodilla de la mierda.

ㅡNo estoy planeando nada. Arranqué una flor rosa caído y la giré entre mi pulgar e índice.

Ese ojo de oro se estrechó, haciendo clic suavemente.

ㅡ¿Qué ves siquiera con esa cosa?

El no respondió.

Tiré la flor sobre el suave musgo entre nosotros. ㅡ¿No confías en mí?, ¿Después de todo lo que hemos pasado?.

Frunció el ceño ante la flor desechada, pero no dijo nada. Me ocupé de ordenar a través de mi bolsa hasta que encontré la cantimplora de agua.ㅡSi hubieras estado vivo durante la guerra-, le pregunté, tomando un trago,ㅡ ¿habrías luchado de su lado?¿O con los seres humanos?

ㅡHubiera sido parte de la alianza Humano-Fae.

ㅡ¿Incluso si tu padre no lo hubiera aceptado?

ㅡEspecialmente si mi padre no lo aceptaba.

Pero Beron había formado parte de esa alianza, si recordaba correctamente mis lecciones con Rhys todos esos meses atrás.

ㅡY sin embargo aquí estás, listo para marchar con Hybern.

ㅡYo lo hice por ti también, ya sabes. -Las palabras frías y duras.ㅡFui con él para ayudarte a volver.

ㅡNunca me di cuenta de lo motivador que puede ser una poderosa culpabilidad.

ㅡEse día tú ... te fuiste -dijo él, esforzándose por evitar aquella otra palabra ... abandonado. ㅡDerroté a Tamlin de regreso a la mansión, recibí el mensaje cuando estábamos en la frontera y corríamos aquí. Pero el único rastro de usted fue ese anillo, derretido entre las piedras de la sala. Me deshice de él un momento antes de que Tam llegue a casa para verlo.

Una prueba, una declaración cuidadosa. De los hechos que apuntaban no hacia el secuestro.

ㅡMe lo derritieron del dedo. Mentí.

Su garganta se sacudió, pero él sólo sacudió la cabeza, la luz del sol que se filtraba por el dosel del bosque poniendo el parpadeo de su pelo parpadeante.

Nos quedamos en silencio durante unos minutos. Por el susurro y el murmullo, la realeza estaba terminando, y me preparé, calculando las palabras que necesitaría manejar sin parecer sospechoso.

Dije en voz baja: ㅡGracias. Por venir a Hybern a buscarme.

Tiró del musgo a su lado, con la mandíbula apretada.ㅡFue una trampa. Lo que pensé que debíamos hacer allí ... no resultó de esa manera.

Hice un esfuerzo para no desnudar mis dientes. Pero caminé hacia él, ocupando un lugar a su lado contra el ancho tronco del árbol.ㅡEsta situación es terrible. Dije, y era la verdad.

Un bajo resoplido.

Toqué mi rodilla con la suya. ㅡNo dejes que Jurian te distraiga. Lo está haciendo para sentir cualquier debilidad entre nosotros.

ㅡLo sé.

Volví mi cara hacia él, apoyando mi rodilla contra la suya en silencio. ㅡ¿Porqué?. Pregunté.ㅡ¿Por qué Hybern quiere hacer esto más allá de algún horrible deseo de conquista? Lo que lo impulsa ¿odio? ¿arrogancia?

Lucien finalmente me miró, las intrincadas piezas y tallas del ojo de metal mucho más deslumbrantes de cerca. ㅡTu si...

Branagh y Dagdan empujaron a través de los arbustos, frunciendo el ceño para encontrarnos sentados allí. 
Pero fue Jurian, justo en sus talones, como si hubiera estado divulgando los detalles de su estudio, que sonreía al vernos, de rodilla a rodilla y casi nariz a nariz.

ㅡCuidado Lucian. Se burló el guerrero. ―Ves lo que sucede con los hombres que tocan las pertenencias del Señor.

Lucien gruñó, pero yo le mandé una mirada de advertencia.

Punto probado, dije en silencio.

Y, a pesar de Jurian, a pesar de la reina despreciativa, un rincón de la boca de Lucien tiró hacia arriba.


Ianthe estaba esperando en los establos cuando volvimos.

Había hecho su gran llegada al final del desayuno horas antes, entrando en el comedor cuando el sol brillaba en los árboles de oro puro a través de las ventanas.

No tenía ninguna duda de que ella había planeado el momento, tal como había planeado la parada en medio de uno de esos rayos de sol, angulados por lo que su cabello brillaba y la joya encima de su cabeza ardía con fuego azul. Habría titulado la pintura Piedad modelo.

Después de haber sido presentada brevemente por Tamlin, había arrullado sobre todo a Jurian-que sólo había fruncido el ceño como un insecto zumbando en su oreja.

Dagdan y Brannagh habían escuchado su adulación con tal aburrimiento que yo estaba empezando a preguntarme si los dos  tal vez preferían la compañía de nadie más que de ellos mismos. En cualquier sentido profano. No era un abrir y cerrar de ojos el interés por la belleza que a menudo hacía que los machos y las hembras se detuvieran. Quizás alguna clase de pasión física que hacía mucho tiempo que se había evaporado, junto con sus almas.

Así que la familia real de Hybern y Jurian habían tolerado a Ianthe durante aproximadamente un minuto antes de que encontraran su comida más interesante. Un insulto que sin duda explicaba por qué había decidido reunirse con nosotros aquí, esperando nuestro regreso mientras entramos.

Era la primera vez que montaba en un caballo en meses, y estaba lo suficientemente rígido como para que apenas pudiera moverme cuando terminamos la aventura.

Le di a Lucien una mirada sutil y suplicante, y él apenas ocultó su sonrisa mientras se acercaba a mí.
Nuestro grupo de aventuras observó cómo él apoyó mi cintura en sus amplias manos y me levantó fácilmente del caballo, ninguno lo observó mas de cerca que Ianthe.

Sólo le di unas palmadas a Lucien en el hombro. Siempre el cortesano, se inclinó en respuesta. 

A veces era difícil recordar odiarlo. Recordar el juego que ya estaba jugando. 

—¿Un viaje exitoso, espero? —dijo Ianthe. 

Lancé mi barbilla hacia la realeza. Parecían complacidos. 

De hecho, lo que habían estado buscando lo habían encontrado agradable. No me había atrevido a hacer demasiadas preguntas. Aún no. 

Ianthe inclinó la cabeza.  

—Gracias al Caldero por eso. 

—¿Qué quieres? —dijo Lucien con tono demasiado claro. 

Ella frunció el ceño, pero levantó la barbilla, cruzando las manos ante ella mientras decía:  

—Tendremos una fiesta en honor a nuestros invitados... y coincide con el Solsticio de Verano en unos días. Quería hablar con Feyre sobre eso  —Esbozó una sonrisa hipócrita—. A menos que tengas una objeción. 

—No la tiene —respondí antes de que Lucien pudiera decir algo que lamentaría—. Dame una hora para comer y cambiarme, y me encontraré contigo en el estudio. 

Tal vez un matiz más asertivo de lo que había sido una vez, pero asintió de la misma manera. Conecté mi codo con el de Lucien y lo alejé.  

—Nos vemos pronto —le dije a ella, y sentí su mirada en nosotros mientras salíamos caminando de los establos oscuros hacia la luz brillante del mediodía. 
Su cuerpo estaba tenso, casi tembloroso. 

— ¿Qué pasó entre ustedes? —siseé cuando nos perdimos entre los setos y caminos sobre grava del jardín. 

—No vale la pena repetirlo. 

—Cuando me... llevaron —me aventuré, casi tropezando con la palabra, casi diciendo cuando me fui

—. ¿Ella y Tamlin... 

No estaba fingiendo el dolor en mi intestino. 

—No —dijo con voz ronca—. No. Cuando el Calanmai llegó, él se negó. Se negó rotundamente a participar. Lo reemplacé en el Rito, pero...  

Lo había olvidado. Me olvide sobre Calanmai y el Rito. Hice una cuenta mental de los días. 

No es de extrañar que lo hubiera olvidado. Había estado en esa cabaña en las montañas. Con Rhys enterrado en mi interior. Tal vez habíamos generado nuestra propia magia esa noche. 
Pero Lucien...  

— ¿Llevaste a Ianthe a esa cueva en Calanmai? 
No me miraría.  

—Ella insistió. Tamlin estaba... Las cosas estaban mal, Feyre. Yo fui en su lugar, e hice mi deber a la corte. Fui por mi propia voluntad. Y terminamos el rito. 
No era de extrañar que ella lo hubiera rechazado. Había conseguido lo que quería. 

—Por favor, no se lo digas a Elain —dijo—. Cuando nosotros... cuando la volvamos a encontrar —se corrigió. 

Podría haber completado el Gran Rito con Ianthe por su propia voluntad, pero ciertamente no lo había disfrutado. Alguna línea había estado borrosa, malamente. 

Y mi corazón se movió un poco en mi pecho cuando le dije sin ninguna astucia:  

—No le diré a nadie a menos que tú lo digas —El peso de ese cuchillo y cinturón enjoyados parecía crecer. Ojalá hubiera estado allí para detenerlo. Debería haber estado allí para detenerlo. 

Lucien apretó nuestros brazos unidos mientras rodeábamos un seto, la casa se alzaba ante nosotros.  

—Eres como una mejor amiga para mí, Feyre —dijo en voz baja—, lo que nunca fui para ti.

sábado, 3 de junio de 2017

Capítulo 2 #ACOWAR en ESPAÑOL



Bueno camaradas, aquí os dejo el segundo capítulo de Una corte de alas y ruina.
Solo decir que la historia ya se está poniendo super interesante y solo es el cap 2, ojalá y lo traduzcan entero pronto por favor!

Como siempre, pedir disculpas por los errores de la traducción que seguro que tengo

Y NO OLVIDÉIS SUSCRIBIROS



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CAPÍTULO 2

Apenas había oído un susurro de Jurian en las últimas semanas, no había visto al comandante humano resucitado desde aquella noche en Hybern.

Jurian había renacido a través del Caldero usando los horribles restos de él que Amarantha había conservado como trofeos durante quinientos años, su alma atrapada y consciente dentro de su propio ojo mágicamente preservado. Estaba loco, se había vuelto loco mucho antes de que el rey de Hybern lo resucitara para guiar a las reinas humanas por un camino de sumisión ignorante.

Tamlin y Lucien teníaque saberlo. Tenían que haber visto el brillo en los ojos de Jurian.

Pero...tampoco parecían estar enterados de que el rey de Hybern poseía el Caldero, que era capaz de partir este mundo. Comenzando por El muro. Lo único que se interponía entre los ejércitos de mortíferos Fae, y las vulnerables tierras humanas de abajo.

No, esa amenaza ciertamente no parecía quitarle el sueño a Tamlin o Lucien. Tampoco parecía disuadirlos de invitar a estos monstruos a su casa.

Tamlin había prometido a mi regreso que iba a ser incluida en la planificación, en cada reunión. Y él fue fiel a su palabra cuando nos explicó que Jurian llegaría con otros dos comandantes de Hybern, y yo estaría presente para ello. Ellos, de hecho deseaban inspeccionar el muro, para probar el lugar perfecto para rasgarlo una vez que el Caldero hubiera recuperado su fuerza.

Convertir a mis hermanas en Fae al parecer había mermado su poder.

Mi complacencia por el hecho duró poco.

Mi primera tarea: saber dónde planeaban atacar, y cuánto tiempo necesitaba el Caldero para recuperar su capacidad plena. Y luego pasar esa información a Rhysand ya los demás.

Me tomé cuidado extra al día siguiente, después de dormir de forma irregular gracias a una cena con un Ianthe culpable, que se esforzó por besar mi culo y el de Lucien. La Sacerdotisa aparentemente deseaba esperar hasta que los comandantes de Hybern se asentaran antes de hacer su aparición. Había canturreado que quería asegurarse de que tuvieran la oportunidad de conocernos antes de entrometerse, pero una mirada a Lucien me dijo que él y yo, por una vez, pensábamos igual: probablemente había planeado una especie de gran entrada.

Poco me importaba a mi - y a mis planes-.

Planes que envié por el enlace de pareja a la mañana siguiente, palabras e imágenes cayendo a lo largo de un corredor lleno de noche.

No me atrevía a correr el riesgo de usar el vínculo con demasiada frecuencia. Me había comunicado con Rhysand una sola vez desde que había llegado. Solo una vez, en las primeras horas tras entrar en mi antiguo dormitorio y ver las espinar que ahora lo conquistaban. 
Había sido como gritar a través de una gran distancia, como hablar bajo el agua. Estoy segura y bien, había disparado por el vínculo. Te diré lo poco que sé. Había esperados, dejando que las palabras viajaran por la oscuridad. Entonces había preguntado, ¿Están vivos?¿Heridos?

No recordaba que el vínculo entre nosotros fuera tan duro de oír, incluso cuando había vivido en esta finca y él lo había utilizado para ver si todavía estaba respirando, para asegurarse de que mi desesperación no me había tragado del todo. 

Pero la respuesta de Rhysand había legado un minuto más tarde. Te quiero. Ellos están vivos. Curándose.

Eso fue todo. Como si fuese todo lo que podía manejar en ese momento.

Volví a mi nuevas habitación, cerré la puerta con llave y envolví todo el lugar en una pared de aire duro para mantener el olor de mis lágrimas silenciosas escapando mientras me acurrucaba en un rincón del baño.

Una vez me senté en esta posición, observando las estrellas durante las largas y sombrías horas de la noche. Ahora me adentraba en el cielo azul sin nubes más allá de la ventana abierta, escuchaba a los pájaros cantando unos a otros y quería rugir.

No me había atrevía a preguntar sobre Cassian y Azriel -o mis hermanas-. El terror de saber lo mal que lo habrían pasado  y lo que harían si la curación se tornaba sombría. Lo que yo querría hacer a las personas que estaban abajo. 

Curándose. Vivos y curándose. Me lo recordaba a mi mismo todos los días. 
Cuando todavía oía sus gritos y olía la sangre.

Pero no pedí más. No me arriesgué a tocar el vínculo más allá de esa primera vez. 

No sabía si alguien podía monitorear tales cosas: los mensajes silenciosos entre compañeros.  No cuando el vínculo de compañeros estaba perfumado, y yo estaba jugando un juego tan peligroso con él.

Todo el mundo creyó que ese vínculo había sido cortado, que el aroma persistente de Rhys era porque él me había obligado, había plantado ese olor en mí. 

Creían que con el tiempo, la distancia desvanecería el olor.  En semanas o meses, probablemente. 

Pero con de la posibilidad de que la comunicación hacia el vínculo mantuviera su aroma fuerte ... Tuve que reducir al mínimo  su uso. Incluso si no hablaba con Rhys, sin oír esa diversión y astucia ... Oiría esas cosas de nuevo, me prometía una y otra vez. Ver esa sonrisa irónica.

Y volví a pensar en la cara de dolor que tenía la última vez que lo había visto, pensando en Rhys, cubierto por la sangre de Azriel y Cassian, cuando Jurian y los dos comandantes de Hybern cayeron en la grava del frente al día siguiente.

Jurian llevaba la misma armadura de cuero ligero, su pelo castaño azotando su rostro en la brisa de primavera. Nos observó de pie sobre las escaleras de mármol blanco dentro de la casa y su boca se curvó en esa sonrisa torcida y presumida.

Yo quería hielo en mis venas, la frialdad de una corte en la que nunca había pisado. Pero yo empuñé el don de su amo sobre mí, convirtiendo la ira ardiente en una calma congelada mientras Jurian avanzaba hacia nosotros, con una mano en la empuñadura de su espada.

Pero fueron los dos comandantes -un varón, una hembra- los que provocaron que una pizca de verdadero miedo se deslizase en mi corazón.

Apariencia de altos Fae, su piel el mismo tono rubicundo y el pelo idéntico negro como su rey. Pero eran sus caras vacías e insensibles las que capturaban el ojo. Esa falta de emoción afilada por milenios de crueldad.

Tamlin y Lucien se habían quedado rígidos cuando Jurian se detuvo al pie de las amplias escaleras delanteras.

ㅡPuedo presentar a sus Altezas, el príncipe Dagdan ya la princesa Brannagh, sobrino y sobrina del rey de Hybern.

Los gemelos, tal vez unidos en poder y vínculos mentales también.

Tamlin pareció recordar que éstos eran ahora sus aliados y bajó por las escaleras. Lucien le siguió.

Nos había vendido. Vendido Prythian por mí. Para traerme de vuelta.

El aliento se curvó en mi boca. Yo quería escarcha para llenarla de nuevo.

Tamlin inclinó la cabeza hacia el príncipe y la princesa.

ㅡBienvenidos a casa. Tenemos habitaciones preparadas para ustedes.

ㅡMi hermano y yo compartiremos una sola habitación. Dijo la princesa. Su voz era engañosamente suave, casi infantil. La absoluta falta de sentimiento, la autoridad total era todo lo contrario.

Prácticamente podía sentir el comentario sarcástico de Lucien. 
Pero bajé las escaleras y me dije, yo soy la señora de la casa donde está esta  gente, que Tamlin, una vez esperaba que yo abrazara alegremente, 
ㅡPodemos hacer ajustes fácilmente. 

El ojo metálico de Lucien se agitó y se estrechó contra mí, pero mantuve mi rostro impasible mientras dirigía una reverencia hacia ellos. A mi enemigo. ¿Cuáles de mis amigos los enfrentarían en el campo de batalla?

¿Se habrían curado lo suficiente Cassian y Azriel como para luchar, o si quiera para levantar una espada? No me permitía pensar en ello, sobre todo en como había gritado Cassian cuando sus alas estaban siendo despedazadas.

La princesa Brannagh me observó: el vestido color de rosa, el pelo que Alis había enroscado y trenzado sobre mi coronilla, las perlas de color rosa pálido en mis orejas.

Un paquete inofensivo y encantador, perfecto para que un gran señor pueda montar cuando quisiera.

El labio de Branagh se curvó mientras miraba a su hermano. El príncipe consideró lo mismo, a juzgar por su respuesta burlona.

Tamlin gruñó suavemente en señal de advertencia. ㅡSi has terminado de mirarla, tal vez podamos pasar a los negocios entre nosotros.

Jurian dejó escapar una risita baja y subió las escaleras sin recibir permiso para hacerlo. 
ㅡTienen curiosidad. Lucien se puso rígido ante el descaro del gesto, las palabras.ㅡNo pasa todos los siglos que la posesión disputada de una mujer nos lance a  una guerra. Especialmente una mujer con...tales talentos.

Sólo giré sobre un talón y subí los escalones después de él. 
ㅡQuizá si te hubieras molestado en ir a la guerra por Miryam, no te hubiera dejado por el príncipe Drakon.

Una onda pareció pasar por Jurian. Tamlin y Lucien también se tensaron a mi espalda, divididos entre el seguir de nuestro intercambio de palabras y la escolta de los dos príncipes de Hybern a la casa. Sobre mi propia explicación de que Azriel y su red de espías estaban bien entrenados, Tamlin y Lucien se habían encargado de despejar a todos los sirvientes innecesarios, temerosos de espiar oídos y ojos. Solo se mantuvieron los de más confianza.

Por supuesto, había olvidado mencionar que sabía que Azriel había sacado a sus espías hace semanas, la información no valía la pena el costo de sus vidas. O que sirvió a mis propios propósitos tener menos gente viéndome. 

Jurian se detuvo en la parte superior de la escalera, su cara era una máscara cruel cuando avancé los últimos pasos hasta él.
ㅡCuidado con los que dices niña.

Sonreí, pasando por delante. ㅡ¿O qué?¿Me vas a tirar a El Caldero?

Caminé a zancadas entre las puertas delanteras, bordeando la mesa en el corazón del vestíbulo de entrada, su jarrón de flores arqueando para encontrarse con el candelabro de cristal. Justo allí, a sólo unos metros de distancia, me había arrugado en una bola de terror y desesperación todos esos meses atrás. Justo allí, en el centro del vestíbulo, Mor me había recogido y me sacó de esta casa y me llevó a la libertad.

ㅡAquí está la primera regla de esta visita ㅡle dije a Jurian por encima de mi hombro mientras me dirigía al comedor, donde esperaba el almuerzo. ㅡNo me amenazan en mi casaㅡ.

Por la postura,  supe un momento después, había funcionado.

No en Jurian, que frunció el ceño mientras reclamaba un asiento en la mesa.

Pero en Tamlin, que pasó un nudillo sobre mi mejilla al pasar, sin saber cuán cuidadosamente había elegido las palabras, cómo había cebado a Jurian para servir la oportunidad en un plato.

Ese fue mi primer paso: hacer creer a Tamlin, creer verdaderamente, que lo amaba a él y a este lugar, a todo en él.

De modo que él no sospecharía cuando los volviera el uno contra el otro.




El príncipe Dagdan cedió a su gemela todos sus deseos y órdenes. Como si fuera una hoja de esgrima para cortar el mundo

Se sirvió sus bebidas, olfateándolas primero. Se seleccionó los mejores cortes de carne y los colocó en su plato. Siempre la dejaba responder a su hermana, y nunca la miraba con la duda en sus ojos. 

Un alma en dos cuerpos. Y por la forma en que se miraban mutuamente en intercambios sin palabras, me preguntaba si quizás eran ... tal vez como yo y Rhysand. Daemati. (pueden entrar en la mente de otros)

Mis escudos mentales habían sido una pared de negro desde que llegué. Pero mientras cenábamos, latidos de silencio transcurrían más tiempo que la conversación, me encontré comprobándolos una y otra vez.

一Partiremos mañana hacia El muro一 Le dijo Brannagha a Tamlin. Más cómo una orden que como una petición. 一Jurian nos acompañará. Requerimos centinelas que sepan donde están los agujeros.

El pensamiento de ellos tan cerca de las tierras humanas ... Pero mis hermanas no estaban allí. No, mis hermanas estaban en algún lugar del vasto territorio de mi propia corte, protegidas por mis amigos. Incluso si mi padre volvía de sus negocios en el continente en cuestión de un mes o dos. Todavía no sabía cómo se lo diría.

―Lucien y yo podemos acompañaros―.

Tamlin giró su cabeza hacia a mi. Esperé su negativa, el rechazo.
Pero parecía que el Gran Señor había aprendido realmente su lección, estaba realmente dispuesto a intentarlo, cuándo él simplemente hizo un gesto a Lucien.―Mi emisarios conoce el muro, así como cualquiera de mis centinelas.一

Estas dejando que hagan esto; estas permitiendo racionalmente que derriben ese muro y la presa sobre los seres humanos en el otro lado. Las palabras enterradas susurraron en mi boca.

Pero me obligué a darle a Tamlin un lento gesto de asentimiento, no un poco disgustado. El sabía que nunca me sentiría feliz, pues la chica que creía había sido devuelta a él siempre buscaría proteger su tierra mortal natal. Sin embargo, pensó que yo lo soportaría por él, por nosotros.  Que Hybern no se deleitara con los humanos una vez que el muro cayera. Que simplemente los absorberíamos en nuestro territorio.

―Saldremos después del desayuno―Le dije a la princesa. Y añadí a Tamlin.―Con unos m¡pocos centinelas también.

Sus hombros se aflojaron con eso. Me preguntaba si había oído como defendí Velaris. Que había protegido el arco iris (Velaris) contra bestias como el Attor. Que había sacrificado al attor cruelmente, brutalmente, por o que me había hecho a mí y a mi gente.

Jurian inspeccionó a Lucien con la franqueza de un guerrero.
― Siempre me he preguntado quién hizo ese ojo después de que ella lo tallara.

Nunca hablábamos de Amarantha en esta casa. Nunca habríamos permitido su presencia en esta casa. Y me había ahogado por los meses que había vivido aquí después de Bajo la Montaña, me mataba día a día para empujar los temores y el dolor hasta el fondo.

Por un latido del corazón, pesé con quién había estado con quien ahora se suponía que debía ser.
Lentamente sanando-emergiendo de nuevo en la  niña que Tamlin había alimentado y protegido y amado antes de Amarantha me rompiera el cuello después de tres meses de tortura.

Así que me moví en mi asiento. Estudiando la mesa.

Lucien se limitó a dirigir una mirada dura a Jurian mientras los dos miembros de la familia Hybern miraban con impasibles caras. 
─Tengo una vieja amiga en la Corte Amanecer. Es experta en magia y mezclandola con maquinaria. Tamlin consiguió que trabajara para.

Jurian sonrió con odio:一 ¿Tiene tu pequeña compañera una rival?

一Mi compañera no es de tu incumbencia.

Jurian se encogió de hombros. 一Ella tampoco debería ser tuya, considerando que probablemente ya ha sido follada por la mitad del ejército ilirio por ahora.

Estaba bastante segura de que sólo siglos de entrenamiento evitaron que Lucien saltara sobre la mesa para arrancar la garganta de Jurian.

Pero fue el gruñido de Tamlin el que sacudió los cristales. ―Te comportarás como un huésped educado, Jurian, o dormirás en los establos como las otras bestias.

Jurian simplemente tomó un sorbo de su vino. 一¿Por qué debería ser castigado por decir la verdad?Ninguno de vosotros estuvo en la guerra, cuando mis fuerzas se aliaron con los brutos ilirios.―Una mirada de soslayo a los dos miembros de la familia de Hybern.一 Supongo que vosotros tuvieseis el placer de luchar contra ellos.

―Mantenemos las alas de sus generales y señores como trofeos. 一Dijo Dagdan con una pequeña sonrisa.

Tomó cada poco de concentración no mirar a Tamlin. Para no exigir el paradero de los dos conjuntos de alas que su padre había mantenido como trofeos después de haber matado a la madre y la hermana de Rhysand.

Clavados en el estudio había dicho Rhysand.

Pero yo no había visto ningún rastro cuando había ido a buscarlos al regresar aquí, fingiendo la exploración de aburrimiento en un día lluvioso. Tampoco las había encontrado en las bodegas. No hay troncos o cajas o habitaciones cerradas que contengan esas alas.

Las dos mordeduras de cordero asado que había obligado a bajar ahora se rebelaron contra mí. Pero al menos cualquier indicio de disgusto era una reacción justa a lo que el príncipe Hybern había reclamado.

Jurian de hecho me sonrió mientras se cortaba el cordero.一¿Sabéis que luchamos en el mismo bando, juntos, verdad? Yo y tu Gran Señor. Mantuvimos las líneas contra los leales, luchando uno al lado del otro hasta que la sangre se extendió hasta nuestras espinillas.

一Él no es su Gran Señor. Dijo Tamlin con suavidad enervante.

Jurian solo ronroneó hacia mi. ―Él debió decirte donde están escondidos Miryam y Drakon.

一Están muertos. Le dije rotundamente.

一El Caldero dice lo contrario sin embargo

El miedo heló mi estómago. Ya había intentado resucitar a Miryam. Y había descubierto que ella no estaba entre los fallecidos.

一Me dijeron que estaban muertos. Dije de nuevo, tratando de sonar aburridamente impaciente. Me tomé un bocado de mi cordero, tan soso comparado con la riqueza de especias de Velaris. 一-Creo que tienes cosas mejores que hacer, Jurian, que obsesionarse con la amante que te abandonó.

Sus ojos brillaron, brillantes con cinco siglos de locura, mientras pintaba un bocado de carne con su tenedor. ―Dicen que estabas follando Rhysand antes de que incluso dejaras plantado a tu propio amante.

―Es suficiente. Gruñó Tamlin.

Pero entonces lo sentí. El grifo contra mi mente. Vi su plan, claro y sencillo: nos irritaban, nos distraían y mientras los dos miembros de la realeza se metían en nuestra mente.

La mía estaba blindada, pero la de Lucian y Tamblin no.

Alcancé mi poder besado por la noche, lanzándolo como una red. Y encontrando dos aceitosos zarcillos que eran las mentes de Lucien y Tamlin, como si fueran jabalinas arrojadas sobre la mesa. Las protegí.

Dagdan y Brannagh se echaron hacia atrás en sus asientos como si hubiera dado un golpe físico, mientras sus poderes se estrellaban contra una barrera de negro adecuadamente colocada alrededor de las mentes de Lucien y Tamlin.

Dispararón sus ojos oscuros hacia mi. Les sostuve la mirada a ambos.

一¿Qué pasa? Preguntó Tamlin, y me di cuenta de lo silencioso que se había vuelto todo.

Hice una buena demostración frunciendo mi frente confusa. 
―Nada. Ofrecí una sonrisa a los dos miembros de la realeza.一Sus altezas deben estar cansadas después de un viaje tan largo.

Y por si acaso, me lancé para sus propias mentes, encontrando una pared del hueso blanco.
Se estremecieron mientras arrastraba garras negras por sus escudos mentales, profundizando.

El golpe de advertencia me costó un dolor de cabeza bajo y pulsante que se formó alrededor de mis sienes. Pero simplemente hurgue en mi comida, ignorando el guiño de Jurian.

Nadie habló durante el resto de la comida.

FIN CAPÍTULO DOS